Joven sintierra de la Federación Nacional Campesina (FNC) recibió un disparo en la cabeza y otro en el abdomen, por parte de civiles armados contratados por sojeros brasileños. Fue ayer 8 de setiembre de 2017, en el marco de la lucha por la recuperación del asentamiento San Juan de Puente Kyha (distrito de Caballero Álvarez, Canindeyú). Se trata de Luis Fernando Benítez, de 18 años, legítimo sujeto de la Reforma Agraria, en lucha por su derecho a un pedazo de tierra en su propio país.
El joven sintierra está internado en el Hospital de Salto del Guairá, ayer se le extrajo la bala del abdomen pero el martes recién se le realizarán los estudios para la extracción de la bala en la cabeza, ya que tiene orificio de entrada, pero no de salida. Está consciente y asistido por la dirigencia de la FNC en Canindeyú.
El asentamiento San Juan cuenta con un total de 5.000 hectáreas y la FNC prosigue su labor de recuperación vía ocupación porque el asentamiento fue creado por instituciones del Estado a los fines de la Reforma Agraria, y parte del mismo quedó en manos de no beneficiarios: 164 lotes de 10 hectáreas que los sojeros brasileños usurparon en forma irregular, con la abierta complicidad de autoridades judiciales, fiscales, de la Gobernación y municipalidad local.
El conflicto se viene desarrollando desde hace aproximadamente ocho años, porque los brasileños lograron movilizar toda la fuerza legal y represiva de la zona, desatando una campaña de agresión e intimidación contra las familias campesinas. Durante todo este tiempo han portado armas de grueso calibre (incluso del Ejército brasilero), han secuestrado, torturado, agredido y amenazado a pequeñas productoras y pequeños productores de la FNC, verdaderos propietarios de las tierras.
Sin embargo, la lucha por la recuperación del asentamiento continúa, en el marco de la lucha por la tierra.
Los sojeros brasileños cometieron en el lugar todo tipo de violaciones ambientales: la misma Secretaría del Ambiente (SEAM) envió fiscalizadores en dos oportunidades y calificó la situación de «desastre ecológico». Ante esta situación, la FNC impidió a los sojeros fumigar y cosechar, para proteger a la comunidad campesina, sus cultivos, animales, fuentes de agua y biodiversidad. Organizaciones ambientalistas y de derechos humanos también acudieron al lugar para corroborar los hechos, a invitación de la FNC.
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Texto y foto: Facebook de la FNC
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